EMPRESA :: CEO VS ceo?

Mirando las noticias del dia, he visto un articulo muy interesante en el confidencial, sobre  cuanto tiempo duraria una pyme en manos de un CEO de una grande empresa.

Primero para los que no sepan,  un CEO, es el director general/consejero delegado, en la terminologia anglosaxonica.

El articulo habla sobre los posibles vicios que un CEO de una grande empresa podria trayer a una PYME, que podría basicamente «matarla». Teoricamente, el CEO de una grande empresa está mas preparado para llevar empresas ya en marcha, un procesos y rutina, mientras que el «ceo» de una PYME tiene que poner toda en marcha de la nada.

Creo la linea del articulo es muy simplista, y no creo que dependa del CEO/ceo, y de onde viene, pero mas bien de su perfil. Hay CEO de grandes empresas que son autenticos turbillones de actividad capaces de poner de patas arriba, el establishment de muchas grandes empresas, y hay «ceos» de pequeñas empresas que viven enquilosados en el espirito de tener su empresa, y pensar en ellas como un puesto de funcionario de por vida.

Los perfiles profesionales no tienen que ver con la dimensión de las empresas, si no con el nivel de inteligencia emocional de los lideres que las mueven. Mi propria experiencia me permitelo decir. He trabajado durante mucho tiempo en grandes empresas, y no me acomodado, y cuando di el salto a las pequeñas empresas, no he arruinado ninguna.

Lo que si creo  que puede ser diferente en una grande empresa, es el factor «ineficiencia» de grupo, hay mucha gente redundante para muchas funciones, que básicamente o hacen otra cosa que estorbar, o delegar responsabilidades cuando no lo deberían hacer. En las pequeñas también lo puede haber, pero el proprio ciclo de vida de una pequeña empresa, hace que este tipo de perfiles no existan con tanta frecuencia, dado que la empresa estaría muerta, por la diferencia de escala de ingresos y de reservas financieras.

http://www.elconfidencial.com/sociedad/cuanto-duraria-compania-frente-empresa-recien-20101203-72235.html

¿Cuánto duraría el CEO de una gran compañía al frente de una empresa recién nacida?

@Esteban Hernández.- 03/12/2010 (06:00h)

¿Cuánto duraría el CEO de una gran compañía al frente de una empresa recién nacida?Ilustración: Ben Heine 

Muchos pequeños emprendedores suelen argumentar que cuando se cuenta con recursos, con presupuesto y con grandes equipos, es sencillo hacer que una empresa funcione: basta con no poner palos en las ruedas. Las dificultades reales aparecen, dicen, cuando se trata de levantar una compañía desde cero, una situación para lo que no todos los directivos están capacitados y que haría sufrir a muchos CEOs de las grandes firmas. ¿Tienen razón? ¿Un CEO de una gran firma haría desaparecer una empresa emergente en pocos meses? La respuesta es sí, según el emprendedor de internet Michael Fertik, en caso de que no entendieran que los criterios que rigen los destinos de una y otra son notablemente distintos y que los hábitos de la gran empresa resultan destructivos en la pequeña. 

Como señala Jan Brinkmann, profesor de ESADE, en una start up “se necesita a alguien con iniciativa, que sepa poner las cosas en marcha, mientras que la gran firma precisa de alguien  que sepa manejar procesos establecidos y repetitivos. Para un tipo de empresa se ha de contar con un directivo que sea bueno a la hora de crear y experimentar y para la otra alguien que sepa administrar”. Eso hace que las personas que las dirigen cuenten con perfiles profesionales muy distintos, ya que “un emprendedor está acostumbrado a trabajar en la escasez, a inspirar a la gente, a motivar a quienes trabajan casi por nada, mientras que el manager está acostumbrado a grandes estructuras y actuaciones más sujetas a la norma. Por eso espera buenos sueldos y bonus, mientras que el emprendedor, que es mucho más apasionado, tiene como objetivo el hecho en sí de levantar la empresa mucho más que la consecución de una buena retribución anual”.

Por lo tanto, las habilidades con las que unos y otros han de contar son casi opuestas. Las personas que dirigen una start up, señala Ignacio Álvarez de Mon, Director Adjunto del Centro de Liderazgo del Instituto de Empresa, poseen cualidades asociadas al emprendimiento que apenas aparecen en quienes rigen organizaciones más establecidas. Entre ellas, y en lugar prioritario, asegura Álvarez de Mon, está la ilusión, ya que “cuando inicias una actividad desde cero tienes mucha energía y muchas ganas, mientras que en una dinámica con estructuras muy montadas el reto consiste justo en lo contrario, en seguir motivándote y en saber motivar a los demás”.

“Romper las reglas es fundamental”

En segundo lugar, en las pequeñas empresas “se está muy cerca de la operativa, se conoce a todo el mundo y quien la dirige debe estar muy a ras de suelo, mientras que en la gran empresa el CEO ha de tener especial cuidado en no perder el contacto con la gente y con el negocio”. Como tercer elemento aparecería la osadía, “ya que quien arranca una compañía tiene poco que perder y mucho que ganar, por lo que se atreve a hacer muchas más cosas y mucho más innovadoras que quienes han de moverse en relaciones de poder muy establecidas, donde es más difícil hacer que las cosas avancen”. El contexto de la start up es el de la creatividad y el ingenio, y en él, “romper las reglas es la regla fundamental, mientras que en una organización muy establecida cabe poco espacio para la innovación, en tanto las normas aparecen tan firmes como hormigón armado”.

También se perciben notables diferencias a la hora de medir la productividad de los recursos. “En las empresas de mayores dimensiones hay áreas a las que dedicas presupuesto pero que acaban teniendo poco peso económico, tanto desde el punto de vista de las ventas como del productivo, mientras que en la start up cada euro que metes ha de tener un sentido mucho más inmediato”. Y, desde luego, la gran empresa cuenta con posibilidades mucho más eficaces a la hora para esconder una mala gestión, de modo que“resulta frecuente oír que el problema lo ha causado el departamento de desarrollo e investigación, o el de marketing, o el que sea, mientras que en la start up esas artimañas no caben”.

Bien puede decirse, pues, que los gestores de las grandes compañías han de contar con un perfil mucho más político que los de las emergentes, toda vez que han de saber manejarse en las complejidades internas inherentes a toda institución de grandes dimensiones. Como señala Álvarez de Mon, “la política y los mecanismos del poder juegan tanto más cuanto mayor tamaño y más estructuras, niveles y dependencias tiene la empresa”. Por eso, mientras el carácter del innovador/emprendedor es fácil que aflore en una start up, resulta mucho más difícil en las grandes, donde cuentan enormemente las lógicas endogámicas. En ellas, “no se trata sólo de hacer bien las cosas, sino de hacerlas cerca de quien las puede valorar o de quien tienen la capacidad de mando. Tienes que saberlas vender y tienes que saber con quién y contra quién estás”.

Todos estos juegos políticos, que forman parte de la vida diaria de las organizaciones, dificultan una acción eficaz. Y cuando “logran detraer demasiado tiempo y sensibilidad de los gestores hacia el mercado y los clientes -asegura José Antonio Escarabajal, Director General de Desarrollo Universitario de la Universidad Antonio de Nebrija- el coste suele ser fatal”. Por eso, señala Álvarez de Mon, “los grandes líderes lo han sido porque han logrado romper estas dinámicas”. Sin embargo, advierte Escarabajal, no se trata de un problema del que estén libres las empresas que comienzan, donde “las habilidades políticas también tienen importancia, sobre todo en la relación con la propiedad, ya sea ésta de una familia o de una firma de capital riesgo”.

Pero si estas diferencias operan internacionalmente, lo cierto es que se dan especificidades en las compañías españolas, poco proclives a la inventiva y la innovación cuando son de pequeño tamaño y muy acostumbradas a las estructuras rígidas si son de grandes dimensiones. Según Escarabajal, “las diferencias reales con los países de nuestro entorno aparecen mucho más entre los propietarios de Pymes que entre los CEOs españoles y europeos”. Para  Álvarez de Mon, sin embargo, podemos afirmar que “la crisis, que está poniendo a todo el mundo en su sitio, está haciendo más patente cómo España necesita un revulsivo a nivel político pero también  a nivel económico y empresarial. Tenemos que cambiar nuestras prioridades y nuestro sistema de valores. Hemos de ser más creativos, más osados, más meritocráticos, premiando a la gente por lo que de verdad aporta”. Además, hemos de reforzar prioritariamente el carácter emprendedor si queremos tener éxito en el futuro inmediato: “la vieja aspiración de los españolitos de a pie, ser funcionarios o empleados de banca, sigue todavía vigente. Sólo hay que fijarse en un dato: apenas un 10% de quienes estudian la carrera de empresariales tienen pensado montar una empresa en el futuro. Y lo que tenemos por arriba es reflejo de lo que vivimos por abajo”. No obstante, señala Álvarez de Mon, la crisis también ha contribuido, aun cuando sea a la fuerza, a fomentar un cierto espíritu emprendedor. “Cada vez más gente, ante la imposibilidad de encontrar un trabajo a la vieja usanza ha optado por montar sus propios negocios. Y eso es muy positivo”.

La vida continua … :)

En las ultimas semanas apenas he tenido tiempo de poder actualizar este blog. Han pasado muchas cosas, dentro de las que yo preveia que se irian a pasar, y desde entonces, mi vida no ha hecho mas que accelerar.

Llevo un mes de infarto de trabajo sin parar y de proyectos cada vez mas interesantes :), pero paso a paso.

En los ultimos meses he pasado por situaciones muy  incomodas para mi,  y que me poderian afectado bastante en el dia, si no tubiese una profunda confianza en mis capacidades, y si no fuese un lector muy bueno de las situaciones que se pasan a mi alrededor. Asi que progresivamente lo que se venia anunciando acabo por tomar forma, y finalmente el 15 de Junio de 2010, he empezado a negociar mi salida de la empresa, de la cual habia sido el maximo responsable durante los ultimos años.  El proceso fue para mi muy duro, no por salir, si no mas bien, por el cariño que nutria hacia la compañia, y por la pena que me dava, dejarla en las manos de quien la dejava. He procurado hacer lo maximo que pude, y hasta al ultimo dia, he trabajado hasta limite de mis capacidades.

Pero finalmente llego el ultimo dia, y se acabo una etapa para abrir otra.

Desde el dia siguiente al salir, y dado que tenia 15 dias de vacaciones incluidos, no pude ir directamente al paro, pero tube que esperar dos semanas para hacerlo. Durante ese tiempo, no he parado de lanzar proyectos, ideas, y meterme a ayudar con mi conocimiento a muchos equipos y muchas empresas de mi sector. Esta semana, me ha tocado ir al paro hacer las inscripciones pertinentes, y dentro del proceso, no he dejado de pensar, que lo importante que es tener siempre alternativas, que como he diferente un paro, cuando estas lleno de energias y de ideas, y que no paras, a otro, que se queda bloqueado sin saber lo que hacer, en que dirección moverse. De los dias de cola que he hecho ( y siempre mas o menos la misma cuantidad de gente), he podido apenas ver un par de personas como yo, que se veian con seguridad, energia y un foco.El restante mas bien parecian zombies sin vida propria.

Dentro del proceso del paro y de la visita al INEM, un par de consejos muy importantes:

i) ir antes de las 7h30, hay un diferencia de una hora de espera por cada media hora de espera antes de las 9h00, y basicamente el que llegue entre las 8h30 y las 9h00 y se puede ir para casa (si está para tramitación)

ii) Pedir directamente turno para : Información y Impresos; Inscripción como demandante de empleo; Y tramitación. Las velocidades relativas de paso de la cola, dan tiempo para hacer las 3 cosas en un solo día.

iii) Garantizar que se vá a la oficina del INEM correcta que sirve su código postal. Mismo que una oficina esté cerca de su domicilio, no quiere decir que es la que atiende.  A mi me paso que me equivoqué, y tube que ir en el mismo día a otra.

iv) Garantizar que se llevan todos los documentos necesarios, y que se han agotado los dias de vacaciones que vienen en el certificado de empresa.

Hecho esto, a seguir a trabajar, porque lo unico que no tengo es un sueldo, por ahora, pero trabajo hay mucho, asi como ofertas de trabajo.

Texto sobre emprender

Unas lineas que un buen amigo me ha enviado con algunos consejos sobre el  emprendedorismo. No sé quien es el autor original, pero voy a intentar descubrirlo para incluir sus datos y darle credito, dado que es un texto muy bien construido y muy util.

Entiendo que, de un modo u otro, es el éxito lo que ustedes persiguen ahora. Reconocimiento personal, profesional y social; potestad de decidir y cambiar el curso de los acontecimientos; poder entendido como la capacidad de hacer que las cosas cambien. Influencia. Una ambición legítima. Sin embargo, no se equivoquen. Esas son sólo manifestaciones externas de un estatus. Pero están muy lejos de ser reflejo real de una vida exitosa. Sobre el éxito en general, y mi éxito en particular, va mi ponencia de hoy.  Son ideas extraídas del ámbito personal, de mis propias experiencias y vivencias, pero fácilmente extrapolables a su vida cotidiana, a sus relaciones privadas y laborales.

Voy a articular la presentación alrededor de 10 puntos fundamentales, que tratarán de ir de lo genérico a lo específico.

Primero. El éxito sólo se puede medir en términos de felicidad, de estar a gusto con uno mismo, de ser capaz de enfrentarse a la vida con paz, alegría y optimismo. No son indicadores del mismo ni la cuenta corriente ni la tarjeta de visita. Insisto, no se puede confundir con un estatus, una apariencia que puede ser exitosa o encerrar el más absoluto de los fracasos. La felicidad, y por ende el éxito, se encuentran dentro de uno. Y exigen un trabajo constante que no hay que descuidar. Debe ser la prioridad. Sólo se vive una vez y que tu vida sea un éxito o un fracaso depende sólo de ti. No tanto de lo que pase sino de qué manera afrontas lo que te sucede, sea del color que sea.

Segundo. La primera condición del éxito para por el conocimiento de uno mismo. Haz un análisis DAFO de tus debilidades, amenazas, fortalezas y oportunidades. Si lo haces de cualquier compañía, cómo descuidar tu propia sociedad vital, la conjunción de la materia, alma y espíritu que eres. Descubre tus vicios y tus virtudes y, con base en ellos, sé dueño de tu destino, pon tus verdaderos talentos a trabajar. No te hagas trampas en el solitario. No te autoengañes. No tropieces 50 veces con la misma piedra. Reflexiona, párate y actúa. No te dejes llevar por las olas. Elige un camino y dirígete a él.

Tercero. Interrelaciónate. Al conocimiento de uno mismo no sólo se llega a través de un proceso de interiorización sino mediante el contraste que te proporciona la inserción en la sociedad en la que te ha tocado vivir. Analiza tus reacciones, vigila tus contestaciones. Sorpréndete de ti mismo y purifica lo que no te gusta. Compara tus expectativas con la realidad que te rodea, chequea tus límites y nunca te conformes. Recuerda, estás en camino, te has fijado una meta. Y el entorno, cualquier entorno, mejor o peor, no es el final de la ruta sino únicamente un medio para llegar a ella. No te dejes vencer por él. Todo lo que te rodea es útil para alcanzar el fin que te has propuesto.

Cuarto. Cualquier intento de alcanzar el éxito, así entendido, pasa por la conjunción de tres elementos mutuamente interconectados. En primer lugar, educa tu voluntad, invierte en ella. Renuncia a lo inmediato por obtener una mayor satisfacción en el futuro. De eso saben mucho ustedes. La capacidad de sacrificio es la condición necesaria para ponerse en marcha. Pero no es suficiente. Se necesitan otros dos requisitos. Veamos. Segundo, haz un uso adecuado de tu libertad que no supone, contra lo comúnmente aceptado, hacer lo que te viene en gana sino sabiendo dónde vas elegir el camino correcto. No es tener múltiples opciones, sino elegir la alternativa idónea para la meta fijada. Tres y último, sométete al único juez que importa que es el de tu conciencia. Sé coherente con el rumbo que te has trazado. No te dejes llevar por lo que opinen los terceros ni actúes condicionado por las apariencias. Voluntad, libertad y coherencia son los únicos elementos que has de llevar contigo a la hora de emprender este viaje.

Quinto. No tengas miedo al fracaso. Es una parte de tu proceso de aprendizaje. Nadie te ha prometido que la conquista del éxito sea un camino de rosas. Lo importante no es caer sino saber levantarse. Y no hacerlo acomplejado y abatido, sino con la cabeza bien alta. Sólo es indigno el que no lo intenta. Detente en los porqués, causas de lo que ha ocurrido y que hay que evitar en el futuro. Pero, sobre todo, escruta los paraqués, cuál es la utilidad que puedo sacar de este inconveniente que ha surgido. Sólo se puede mirar al pasado, para aprender de él. No cabe la resignación apocada, ni la rebelión sin fundamento frente a lo que pudo ser y no fue. Acepta lo sucedido que ya no puedes cambiar y pon tu mirada en lo que realmente importa: el mañana. No temas empezar de nuevo tantas veces como sea necesario.

Sexto. No limites tu reflexión al fracaso; analiza igualmente las causas de tus triunfos profesionales. Sé justo contigo mismo, discrimina qué parte de responsabilidad que te compete en tus victorias y cuál es el resultado de factores ajenos a ti como la coyuntura o la suerte. Sé humilde. El problema de los listos comienza cuando se creen los más listos, cuando empiezan a actuar como si estuvieran por encima del bien y del mal, de las fuerzas que mueven los mercados o sus ámbitos de actuación. El verdaderamente inteligente es aquél que aprende toda circunstancia, con independencia del carácter bondadoso o destructivo de la misma.

Séptimo. Emplea el sentido común, que se ha convertido en el menos común de los sentidos. Ten espíritu crítico, con independencia de cuál es la procedencia de la información. Cuestiona el origen, disecciona el contenido, actúa en consecuencia. Estamos en una sociedad que deja poco espacio para la reflexión. No renuncies a ella. Haz del análisis racional de las cosas un hábito. Conviértelo en costumbre. Te ayudará a mitigar los errores y conquistar la felicidad y, por ende, el éxito.

Octavo. Pon las cosas en perspectiva. No dejes que las ramas te impidan ver el bosque, ni que lo inmediato te aleje de los grandes fenómenos que se están produciendo a nivel mundial. Te pongo tres ejemplos, fuentes todos ellos de oportunidades para el observador avezado. Uno, internet como nuevo paradigma, un cambio tal que la sociedad no se reconoce en el estado anterior, similar al fuego, la rueda o la máquina de vapor. Aún veo a muchos directores de márketing entregados a los medios tradicionales cuando el futuro pasa por la Red como soporte multicanal. Cada día se abren nuevas vías de acción, como las aplicaciones móviles o las redes sociales, por poner sólo dos ejemplos. Dos, el nuevo capitalismo que supone la entrada en las dinámicas de oferta y demanda de dos gigantes del tamaño de India o China. Pocas veces se ha abierto un mercado potencial de 2.000 millones de personas de golpe. El futuro de muchas compañías pasa necesariamente por estar ahí, por investigar sus posibilidades y actuar en consecuencia. Tres, la definitiva separación entre economía financiera y real debido al excesivo tamaño adoptado por la primera frente a la segunda. De su importancia son buen ejemplo las políticas de rescate que se han adoptado desde el inicio de la crisis, muchas de las cuáles, sobre todo en el mundo anglosajón, se han concentrado en ella. Ahora con la crisis se inicia una etapa de austeridad y de recuperación de valores. Quien sea consciente de esta realidad y sus implicaciones partirá con mucha ventaja frente a sus competidores.

Noveno. Profundiza en el entendimiento, no en el conocimiento. No importa tanto estudiar, cuanto aprender, reconocer la utilidad práctica de aquello a lo que se dedica un esfuerzo intelectual. Cuida que tu curva de aprendizaje tenga pendiente positiva. Cumple con el nunca te acostarás sin saber una cosa más. Así te mantendrás vivo, despierto, alerta, tendrás un aliciente para seguir cada día. Vigila a diario tu productividad. Cuanto mayor sea, menos te pondrán imponer los demás tu rutina. Serás más dueño de tu tiempo y, por tanto, más feliz.

Décimo. No seas cortoplacista. Ya hemos comentado antes que la felicidad es un estado permanente. No olvides que la acción colectiva es la suma del resultado de las acciones individuales o, mejor dicho, el beneficio individual sólo crea valor si contribuye al bien colectivo. Si todos miramos por lo nuestro, el sistema se colapsa. Este mantra tiene dos implicaciones: la primera es vertical. Las acciones a corto tienen unas consecuencias a largo que han de ser tenidas en cuenta. No pueden ser pan para hoy y hambre para mañana. Se ve en la política en casos tan graves como la educación. O en la actuación como bomberos de los bancos centrales alimentando sucesivas burbujas. El futuro se alimenta con la experiencia del pasado pero se construye en el presente. Y si nuestras decisiones no contribuyen a su mejora de la sociedad, su deterioro nos arrastrará a nosotros con él.

Pero también tiene un efecto horizontal y es que nuestras decisiones hoy inciden en el conjunto de la sociedad: es el equilibrio entre maximización del beneficio y bienestar social el que garantiza la supervivencia común. De lo contrario, como hemos comprobado, el caos aparece a la vuelta de la esquina. El empresario de verdad es el que persigue el cambio a mejor del conjunto de la sociedad obteniendo un beneficio para sí mismo porque sólo así su vocación de permanencia en el tiempo se cumple. De lo contrario, la muerte económica o social será igualmente su propia muerte.
Concluyo. No pretendo con ellos sino ayudarles a ser mejores personas y, de este modo, profesionales capaces de sacar a España de la difícil situación en la que se encuentra. Toda crisis supone una oportunidad y ésta, pese a su gravedad, no es distinta a cualquier otra. No es momento para el abatimiento sino para la valentía. Me encanta recordar la Generación Cuéntame, la de sus padres y los míos, la última que cuidó a sus progenitores a la vez que velaba por una mejor educación para sus hijos; la que se jugaba constantemente la vida y el futuro a rojo a negro con una situación política incierta y tipos de interés disparados; la que era capaz de asumir responsabilidades y no dejarse vencer fácilmente; que tenía más hijos y más espíritu de sacrificio; la que, en definitiva, hizo la España que hoy disfrutamos. Si ellos pudieron, cuánto más nosotros, probablemente la generación que ha vivido de los años más tranquilos y boyantes en muchos. No podemos renunciar a esta tarea. Estamos moralmente obligados a llevarla a cabo. Aunque sólo sea para dejarles el listón al mismo nivel al que lo heredamos. Está en sus manos y en las mías. Les deseo la mejor de las suertes. De todo corazón.