La mentira

La mentira es un pecado 😉

Todo se podria reducir a este punto, pero vamos,  soy católico pero sé que la mentira es algo mucho mas complejo que  el hecho que sea simplemente considerada un pecado.

La mentira es un recurso de la sociedad actual muy utilizada y muy preciada por todo el mundo, hay mentiras de todo el tipo y de todo el genero, con los mas varios fines y objetivos, algunos de ellos inocentes, otros mas dañinos. Una mentira puede ser «llego tarde porque había atasco» a «nunca se ha hablado de este tema sobre ti».

El mentiroso cuando miente puede tener dos fines, evitar que recaya sobre si alguna hecho considerado desagradable, y entre el peso de las dos cosas, considera que mentira es la forma facil de escapar. El segundo tipo de mentiroso miente para conseguir benificios personales del hecho de mentir, un comercial mentirá a un cliente para conseguir un contrato, un jefe mentirá a su empleado sobre su rendimiento o sobre que nunca se ha hablado en despedirlo, para engañarlo y tener asi mas facil despedirlo o hacerlo mobbing para que se vaya. Un marido miente a su mujer que de que llega tarde a casa porque tiene mucho trabajo, en un caso, porque no quiere estar en casa en la hora de los baños, y en otro, porque prefiere estar en otro lado con otra persona.

Yo siempre diferencio la mentira profesional de la mentira personal, porque considero que a pesar de que  las dos son malas, la profesional muchas veces está mas condicionada por el hecho de estar en un entorno agresivo y competitivo, donde muchas veces para evitar dar respuestas verdaderas que no se van a entender, es mejor omitir partes de la explicación. La mentira personal entra ya en el foro del carácter personal de cada persona, y de sus principios y no voy a entrar en ello.

El problema de la utilización de la mentira, es que como el agua,  acaba siempre por encontrar un camino para fluir, la mentira acaba siempre por encontrar una forma de ser descubierta, y de dejar en evidencia al mentiroso.  Aquí mas una vez, la mentira profesional dependiendo de su dimensión puede ser mas fácil de encubrir, porque básicamente no tiene continuidad en el tiempo, es discreta, fruto de una acción que probablemente no volverá a ocurrir, mientras que la mentira personal, puede tener una continuidad en el tiempo, que mas tarde o temprano acabará por pillar al mentiroso en un renuncio.

Una vez que la mentira es descubierta, los resultados se su utilización se hacen visibles de forma inmediata y continua en el tiempo, si descubres que tu jefe te ha mentido en una ocasión, todo lo que te dirá después de ese momento no tendrá el mismo impacto, porque sabes que es un mentiroso.

🙂 Uno puede engañar a pocas personas durante mucho tiempo, o a muchas personas durante poco tiempo, pero lo que no puede hacer es engañar a todo el mundo todo el tiempo.
El mundo seria un mejor mundo si no hubiese la mentira, y todos pudiésemos confiar en todos.

Uno ejemplo muy bueno de la mentira, es la política, y en esto caso, el máximo representante de la mentira en política, por lo menos en nuestro país, y no es ni otro que nuestro estimado presidente del gobierno, que ha hecho de la mentira, o mejor dicho de la manipulación creativa de la verdad su máxima bandera de batalla, y que tiene el triste récord, de ser el único presidente de la CE que no ha conseguido hacer aprobar ninguna de sus iniciativas. Un hombre que para ganar las elecciones en plena crisis, ha tenido que mentir y decir que no había crisis ninguna, y que era todo una visión catastrófica del partido de la oposición ( y ojo que no creo que el Sr Rajoy, lo esté haciendo bien, todo al revés, así como no me gusta su política de Super Glue 3 en el trono de Genova). Donde está ahora? Pues en el total ostracismo internacional, aislado incluso de su gabinete de Ministros, y puesto en cuestión por cuasi todos.

Resultado, la mentira este metida dentro de nuestra sociedad hasta su tuétano, y para los que tenemos principios vivir sin ella, parece ser imposible, y yo mismo he tenido esa opinión, pero a medida que voy consiguiendo liberarme della, y que voy viendo que mal queda en los que voy pillando por el camino, me alegro cada vez mas, de ser consistente con mis principios y mis valores.

Recortables divertidos

Mientras que estava buscando en internet algunas imagenes para una presentación de trabajo, he encontrado unas imagenes de unos recortables muy divertidos que aqui comparta con todos porque realmente son muy divertidos

La pagina esta en http://recortables.net/blog/

HUERFANO DE LIDER Y ALTERNATIVA. OBAMA, VEN.

No era mi intención introducir elementos políticos, pero esta semana no se puede hablar de otra cosa tras el apoteósico espectáculo ofrecido el día 20 en el que me he recreado con el deslumbramiento washigtoniano y la invitación al trabajo y la unidad hecha por el nuevo presidente. Ante lo vivido no puedo por más que comparar con nuestra “cutre” raza política de la que me avergüenzo y no me queda más remedio que decir que siento envidia, mucha envidia de los americanos. Me siento huérfano de líder y representante y desilusionado ante la falta de alternativa. Tras leer un artículo del sagaz y agudo S. Mccoy no puedo menos que identificarme con él y trasmitirlo.

A pesar de lo dicho, “he de reconocer que no he sucumbido bajo el encanto de Barack Obama. Las palabras en política, como bien es sabido, se las lleva el viento. Y ningún gestor pasa a la posteridad por el ardor de sus discursos sino por el valor social de sus acciones. La concordancia entre el dicho y el hecho se ha convertido en algo excepcional en ese manejo delegado de la cosa pública que es la democracia, pudiendo proceder las divergencias entre uno y otro de la incapacidad propia o derivada para cumplir lo prometido. En España tenemos un ejemplo palmario del primer supuesto en la figura del hombre de la ceja, incapaz de tener una visión realista de la propia situación nacional y de tomar en tiempo y forma las medidas adecuadas para contener las amenazas y reconducir las situaciones. O, al menos, de intentarlo de una forma medianamente coherente y no pegando tiros a diestro y siniestro a través de medidas deslavazadas e inconexas. Obama, por su parte, puede convertirse en un paradigma del segundo caso: imposibilidad de hacer presente en la sociedad el cambio anhelado por la ausencia de los resortes necesarios para llevarlo a cabo. Sin apenas margen en política monetaria y cambiaria, salvo ruptura dramática con sus socios comerciales y/o financiadores, todo queda en manos de un estímulo fiscal a acumular a lo ya publicitado, que es mucho en términos de peso sobre el Producto Interior Bruto de aquél país, con las implicaciones a medio plazo que eso supone. El hombre propone y el presupuesto y la realidad económica disponen. Es así.

Sin embargo, hay que reconocer al nuevo inquilino de la Casa Blanca, por caer de forma deplorable en el argot periodístico, un intangible de importancia fundamental en nuestros días: el liderazgo, entendido como la capacidad de aglutinar esfuerzos hacia una meta establecida de antemano. Obama se ha echado el país a sus espaldas, ha activado los elementos motivadores necesarios para poner a la sociedad estadounidense en funcionamiento y se ha encargado de recordar que sólo llega a su destino quien emprende el camino, no importan las dificultades. La marca electoral Podemos alude a un esfuerzo colectivo que únicamente se puede lograr mediante contribuciones individuales. Absolutamente genial. Veremos a ver cómo se dota de contenido final su proposición de partida. No lo sabe ni él. Pero al menos ha activado los resortes necesarios para poner un poquito de esperanza entre el batiburrillo diario de experiencias negativas que los fundamentos de la economía estadounidense produce. Orgulloso de su nación, de la Historia norteamericana, de los principios que rigen su patria y de los símbolos que la representan, ha sabido dotar al continente conocido de un contenido novedoso que ha generado entusiasmo inlcuso más allá de las fronteras de su país.

Igualito que en España. La pretensión de Zapatero de arrogarse un liderazgo similar al de Obama es de un patetismo que roza el esperpento. Si alguna vez pudo haber mimbres para ese cesto, cosa que dudo, ya no es el caso. No hay color, nunca mejor dicho. No sólo carece del elemento novedoso que es parte intrínseca del éxito del líder demócrata, sino que han sido sus propias actuaciones en los últimos casi cinco años de gobierno los que le han descabalgado de tal pretensión. Se lo ha ganado él solito, negando primero la crisis, minimizando su impacto después y yendo a remolque de los acontecimientos en los últimos meses. Ni diagnóstico, ni tratamiento, ni implantación. Eso por no entrar en otros elementos de carácter histórico, geográfico o social que hacen que sea contemplado por una parte relevante de la población más como un mal necesario que como un dirigente aglutinador. De hecho, lo normal en unas circunstancias como las actuales es que hubiera otro que se adjudicara su papel. Alguien capaz de presentar una alternativa susceptible de vencer de forma activa, y no por el mero curso de los acontecimientos, la tradicional inercia y pereza al cambio del votante con un poquito de sentido de estado, solidez argumental, buen equipo y mirada de futuro. Sorprende, más allá del eco mediático que la acompaña, la capacidad de Rosa Díez de asumir parcialmente ese papel sin entrar frontalmente en las cuestiones que afectan al bolsillo de los españoles, la principal preocupación de la ciudadanía en este momento. Una prueba más de la existencia de ese vacío de referencias que es una oportunidad única para el político que sea capaz de aprovecharse de ello… en beneficio de todos.

Mucho pedir, parece. Y es que, cuando a servidor le preguntan, el mensaje es invariable. El problema de España no es lo malo conocido, que también, sino la falta de algo bueno por conocer. Simplemente no hay alternativa. De la agresividad de la primera legislatura, Rajoy ha pasado a la tibieza que ha caracterizado su actuación en los últimos diez meses hasta el punto de que muchos de sus votantes se preguntan, ¿dónde está el PP? El control interno del partido es subsidiario a la labor de defensa de los principios e intereses de los votantes. Así ha de ser siempre. Pero más en un momento como el actual donde hay que mostrar toda la categoría política de la que uno es capaz, por el bien del país. Lo contrario es una perversión de la actividad pública que inhabilita a quien la ejerce, pese a que nos hayamos acostumbrado a ella. Y más cuando la nave, a pesar de sus esfuerzos, hace igualmente aguas en varios frentes. Doble error. Es de todos sabido que en un sistema de baronías como el que caracteriza a la oposición en la actualidad, el liderazgo no puede venir nunca de dentro afuera, sino de fuera adentro. El reconocimiento del personaje en el ámbito electoral es el que justifica su posición de primus inter cuasi pares dentro de la estructura organizativa. Desgraciadamente para nuestra nación, por su condición de alternativa, Rajoy ya no es percibido como un líder de puertas afuera. Lo normal es que deje igualmente de ser reconocido como tal dentro de las paredes de Génova. Al tiempo.

¿Necesita España un Obama? La respuesta para servidor es un indudable sí. La política española pide a gritos un soplo de aire fresco que ni Zapatero ni Rajoy pueden ya aportar. Están ambos amortizados, uno por exceso, otro por defecto. Un nuevo liderazgo. Alguien que, conocedor de la realidad nacional y consciente de las dificultades plurianuales que de la misma se derivan como sigamos por este mismo rumbo, sea capaz de involucrar al conjunto de la ciudadanía en una Nueva Transición que permita corregir, con una visión crítica y constructiva, los errores que se han cometido hasta ahora, sentando así las bases que han de configurar nuestro futuro en los próximos no años sino décadas. Es una tarea que parece imposible a día de hoy pero es cuestión de creérselo. Nosotros también podemos. Tenemos la Historia, tenemos la materia prima, tenemos el orgullo. No somos menos que nadie. Aún estamos a tiempo. Lo importante no es caer sino saber levantarse; la inteligencia no es no errar, sino aprender de las equivocaciones. Necesitamos esa mano que nos dé el empujón inicial, que nos devuelva la ilusión. Que nos diga, mira al que está a tu lado, él comparte tu camino, desde su región, su condición social, su formación académica y, por ende, comparte tu destino. Somos diferentes pero somos uno en busca de lo mejor para todos. Estas son palabras que, como las de Obama, mueren tan pronto se escriben. Pero que ojalá alguien las haga un día realidad. Por el bien de todos.”escher1